A lo largo de este portafolio, he tenido la oportunidad de explorar en profundidad la compleja relación entre educación y sociedad. Lejos de concebir la escuela como un espacio cerrado o aislado, he comprendido que el aula es un reflejo directo de las dinámicas sociales, económicas y culturales que la atraviesan. Desde los marcos normativos hasta las realidades más cotidianas, la educación aparece como un escenario donde se juegan múltiples dimensiones: el acceso al conocimiento, la reproducción o superación de las desigualdades, la formación de ciudadanos críticos y la posibilidad de transformación social.
Uno de los aprendizajes más significativos ha sido
reconocer que el rol del docente va mucho más allá de transmitir contenidos. En
realidad, el profesorado actúa como mediador entre el saber y la vida, entre la
escuela y el mundo. Se requiere, por tanto, una actitud profundamente crítica y
consciente, capaz de leer el contexto en el que se enseña y de responder con
sensibilidad, ética y compromiso. La formación técnica es importante, sí, pero
sin una formación humana, reflexiva y contextualizada, difícilmente podremos
responder a los desafíos reales que enfrentan nuestros estudiantes.
Asimismo, el análisis de temas como la influencia de
las tecnologías, el papel de las redes sociales, la gestión de la diversidad en
el aula o el fenómeno del bullying, ha puesto de manifiesto la necesidad de una
educación más inclusiva, participativa y dialogante. La escuela debe dejar de
ser un lugar que normaliza desigualdades o silencia diferencias, para
convertirse en un espacio donde todos los alumnos y alumnas se sientan
reconocidos, valorados y acompañados.
Este trabajo también ha reforzado en mí la convicción de que enseñar no es un acto neutro: es una elección diaria cargada de sentido político, ético y social.
- Cada decisión pedagógica
- Desde el diseño de una actividad hasta la forma de intervenir en un conflicto
- Tiene un impacto
directo en la construcción de una sociedad más justa o más excluyente.
En definitiva, este recorrido me ha permitido no solo
adquirir herramientas teóricas y prácticas, sino también reconfigurar mi propia
mirada como futuro docente. Me llevo inquietudes, ideas, preguntas y, sobre
todo, una motivación renovada para seguir aprendiendo y para ejercer la
docencia con conciencia, compromiso y esperanza.
Comentarios
Publicar un comentario